Transgresión

La consagración de la primavera de Igor Stravinsky describe el sacrificio ritual de una doncella que es obligada por su tribu a bailar hasta la muerte para así obtener un trato benevolente de los dioses. El mandarín maravilloso de Béla Bartók relata la historia de una joven que seduce a un mandarín al que unos vagabundos roban y ahogan, y cuyo cuerpo brilla misteriosamente antes de morir. Estos dos ballets tienen en común historias llenas de imaginación y crueldad. Asimismo, ambas obras resultaron escandalosas y transgresoras para los públicos que presenciaron sus estrenos. La primera representación de La consagración de la primavera, que tuvo lugar en París en 1913, ha pasado a la historia como uno de los más sonados fracasos y su música fue descrita por la crítica como “una sucesión estruendosa e incomprensible de sonidos y ruidos”. Por su parte, el estreno de El mandarín maravilloso, en Colonia en 1926, ofendió a los asistentes de tal manera que la policía tuvo que intervenir y su representación fue prohibida temporalmente. Este concierto, que a su vez incluye la primera interpretación de una obra expresamente creada para Quantum por Laura Vega, nos invita a reflexionar sobre cómo las obras maestras se acaban imponiendo, más allá del rechazo generado entre el público que las vio nacer por su radicalidad y originalidad.

Cristo Barrios 2017