Dall´Italia
La Orquesta Barroca de Tenerife abre el año con el concierto Dall'Italia.
La Historia de la Música occidental está llena de estudios sobre la preponderancia de la música italiana en el periodo en que se circunscribe este concierto de la OBdT, aún así, creemos que no está de más un resumen que ayude, al oyente de Dall’Italia, a comprender nuestra propuesta.
A la bien establecida familia de instrumentos de arco alla italiana, con el violín a la cabeza y los otros de L’accompagnamento, siempre al compás del basso continuo y L’armonia concertante, con los contrastes de solo e ripieni (unas veces Il solista y otras el Concerti Grossi, es decir todos), se suma la “vocalidad” instrumental desarrollada desde el Aria, con la profusidad de escalas vertiginosas y ritmos dentro de la armonía tonal (Elementi d’armonia con frecuentes recuerdos de la tónica en el italianísimo volver al All’unisono e ottava), de manera que particularizan, de forma peculiar e inequívoca, la atractiva música italiana del siglo XVIII.
La primera parte del programa nos introduce en estos aspectos que cautivaron a toda Europa convirtiéndose en una moda que llegó hasta las Américas. El Concierto para violín y orquesta en Mi bemol mayor, RV 253, de Vivaldi, conocido como La tempestad di mare, dentro de il Cimento dell'armonia e dell'inventione (publicado en Amsterdam, por Le Cène en 1725), incide en otro talante de la música italiana y muy especialmente en la del compositor veneciano, la música programática. En esta colección, cima de su madurez compositiva, plena de desbordante fantasía, melódica y rítmica, evoca sonidos instrumentales descriptivos de la bravura, la galerna, lo proceloso del mar lleno de lluvias, vientos, relámpagos, truenos, rayos y oleaje e incluso de la calma tras la tormenta.
Con Locatelli y su Concerto grosso, en Fa mayor Op. 1 Nº 7, tendremos la oportunidad de escuchar un buen ejemplo delle Dodici Concerti grossi à 4 e à 5, como una muestra más de la herencia del concitato monteverdiano y del posterior agitato, en un despliegue de hermosa melodía dialogante, casi vocal, en las cuerdas del violín solista, en tertulia con sus congéneres d’Arcchi e continuo, dentro de otro de los elementos característicos de la música italiana del ochocientos, l’Accuratezza, entendida como la precisión.
El Concerto grosso, en Re mayor, Op. 5 Nº 6, de Dell’Abaco, cautiva con las ingeniosas melodías (recordando la agustiniana lección musica est scientia bene modulandi) repartidas en seductores movimientos (allegro, aria cantábile, ciaccona y rondeau…) en progresiones exultantes de elegancia y ritmos que hacen de esta colección de Concerti à più istrumenti (publicado en Amsterdam, por Jeanne Roger en 1719) una de las mas deliciosas páginas del veronés, en imitatio del veneciano Vivaldi.
Tras el descanso, la OBdT pone en escena tres ejemplos de cómo la moda italiana no solo irrumpe en la corte española, sino de cómo fue capaz de adaptarse y crear nuevos estilos en generosa hibridación. En esa italianización de la música española, cabe leer aquí la españolización de la música italiana, plena de elementi d’armonie, verán la Palaestra de sentidos servida tras las invenciones de la música italiana de estos tres episodios, las danzas populares españolas en Diverse bizzarie sopra la vecchia sarabanda ò pur ciaccona, de Nicola Matteis, el elegante Concerto spagnolo a cinque, en Do menor, Op. 10 Nº 11, de Tomasso Albinoni (escrito para el Marqués de Castelar) y la hermosa Musica notturna delle strade di Madrid, de Luigi Boccherini. Ahora Il cimento dell’armonia e dell’invenzione vivaldiano cambia de tornas y se vuelve molinos de viento corellianos de folías, opere e teatrali introduttioni, que con frases asimétricas y el uso de la improvisación nos demuestra el bien avenido segreto matrimonio barocco entre España e Italia.
Conrado Álvarez
Lorena Padrón, concertino y director
Sergio Suárez y Ignacio Ramal, violines barrocos I
Laura Díaz, Leo Rossi y Giovanni Déniz, violines barrocos II
Iván García y Melchor García, violas barrocas
Fernando Santiago y Diego Pérez, violonchelos barrocos
Silvia Jiménez, violón
Carlos Oramas, tiorba
Raquel García, clave y órgano
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