Dentro de las residencias artísticas Voz y cuerpo que desarrolla el Auditorio de Tenerife en La Salita, continúa una la colaboración con el Laboratorio de Artes Vivas y Ciudadanía de Canarias (LAV-C). Con esta alianza el proyecto encabezado por la gestora cultural Beatriz Bello y el artista Darío Bardam acompañarán tres residencias de jóvenes creadores canarios con una clara vertiente performativa.

La residencia de Gara Hernández y Nathaly de la Cruz es la cuarta de estas propuestas, que se presenta como un encuentro titulado Bocas-carne: fricción ruidista.

 

Bocas-carne: fricción ruidista

Entre el placer y la incomodidad, Bocas-carne: fricción ruidista es una residencia que explora los límites entre el lenguaje, la emisión sonora y el dolor en contraposición con el placer, lo armónico y lo visual. ¿Pesa más la hegemonía de la imagen o la intrusión del sonido, y hasta qué la experiencia estética ruidista supone una práctica degustativa?, ¿puede resistir la disonancia sensorial de una estética auditiva fragmentada? Boca-carne: fricción ruidista habitará el devenir de los dedos acariciando los límites sonoros y el campo liminal de los cuerpos desviados, cuerpos disidentes.

La residencia será una conversación en torno al ruidismo performativo de Gara Hernandez, que pretende atravesar el cuerpo en escena de Nathaly de la Cruz: el grito, la saturación, el accidente acústico, el error, la distorsión, lo comestible, lo gustoso, lo deseado. La propuesta establece una reflexión en torno a la imagen y al sonido, así como en su interacción contrapuesta y al espacio que ocupan ambas acciones estéticas en el devenir de la urgencia del placer sensorial. Un cuerpo atravesado por una tensión sonora, a través de técnicas extendidas y procedimientos electrónicos. Un choque entre lo orgánico y lo digital, una amplificación de la experiencia sensorial.