Be water, my friend
La Orquesta Barroca de Tenerife cierra su segunda temporada con otro gran homenaje a las composiciones más destacadas de la Historia de la Música Barroca, una selección de las Suites Acuáticas de Handel y Telemann.
Las sesudas colecciones de danzas barrocas compuestas en Fa, Sol y Do mayor, las dos primeras por Handel, para legitimar con música y propaganda el poder de Jorge I de Gran Bretaña, en 1717, y la tercera por Telemann, para celebrar el centenario del Almirantazgo de Hamburgo, en 1723, anudan para siempre a estos dos grandes compositores, de cuya asociación saldría ganando la ópera, pues fue Telemann quien introdujo a Handel, en Halle, en el género que le daría mayor fama internacional desde Londres.
En el fluir del Támesis y del Elba, hacia el mar del Norte, la fantasía y la metáfora permiten lucubrar, con música, programas basados en la mitología, los emblemas y las alegorías. Si cierto es que Handel toma de Tafelmusik motivos para construir nuevos universos sonoros y ampliar su catálogo, no es difícil asociar la idea de que el laboratorio londinense del Water Music estimulara a Telemann, pues son evidentes los motivos melódicos representados en Wassermusik, que beben del primero, sin olvidar la música programática vivaldiana presente en ambos. Basta recordar algunos de los pasajes de il Cimento dell'armonia e dell'inventione abordados por la OBDT en estos dos años, en diferentes ocasiones, y que esta noche, casi de manera especular, resonarán en sus memorias auditivas.
La escucha de La Fantasía para flauta travesera sin bajo continuo será la conexión con Euterpe, como el ancestral aulos, que dormirá a Thetis hasta después del descanso, para iniciar con la Sarabanda Die schlafende Thetis.
El prodigio acuático musical, ut musica poesis, culmina con el elegante y danzarín Canario Die lustigen Boots, colofón de la terrenal diversión tras el zambullido de los dioses en el letargo del tiempo, como reiterada demostración, genitrix del título del concierto modulado por Bruce Lee, del taoísta sentimiento del fluir de la vida, como el agua, sin la intervención humana.
Juan de la Rubia, clave y director
Adrian Linares, violín barroco y concertino
Lorena Padrón y Laura Díaz, violines barrocos I
Judith Verona, Sergio Suarez y Giovanni Déniz, violines barrocos II
Leticia Moros y Melchor García, violas barrocas
Pablo Sosa, flauta travesera barroca
Pepa Megina, oboe I
Noelia Melián, oboe II
Alberto Domínguez y Francisco Padrón, flauta de pico
Isaure Lavergne, fagot barroco
Fernando Santiago y Diego Pérez, violonchelos barrocos
Juan Carlos Baeza, violón
Carlos Oramas, tiorba y guitarra barroca
Este espectáculo tiene limitada la edad de acceso a mayores de 5 años.