Circa 1721
Auditorio de Tenerife
(Sala de Cámara)El Ciclo de Cámara del Auditorio de Tenerife ofrece Circa 1721. Bach, Handel y Vivaldi, un concierto de la Orquesta Barroca de Tenerife.
Se cumplen 300 años de la copias finales autografiadas por J. S. Bach, de los Concerts avec plusieurs instruments -conocidos como Conciertos de Brandeburgo-, dedicados a Christian Ludwig, Marqués de Brandeburgo. Por este motivo, la Orquesta Barroca de Tenerife quiere rendir un nuevo homenaje a Bach y sus coetáneos, Handel y Vivaldi, con una selección camerística de las obras que nos acompañan desde 1721.
Los nueve primeros minutos de esta velada están dedicados a la interpretación del vivaldiano Concierto nº 7, en re menor, otra de las ingeniosas composiciones de su opus 8, Il cimento dell'armonia e dell'inventione, y quizás la más evocadora de los afectos del veneciano después de Le Quattro Stagioni, il Piacere, la Tempesta di mare y Per Pisendel, compendiadas y publicadas hacia 1723.
Sigue el más londinense de los tríos sonatas de Handel, director de la Royal Academy of Music entre 1720-1728, un periodo que le permitió crear catorce de sus óperas más conocidas y dedicarse, con tranquilidad económica y recursos musicales, entre otras composiciones, a este tipo de experimento sonoro, quasi laboratorio melódico y armónico para sus Overtures. Doce minutos para cinco movimientos, entre tiempos binarios y ternarios, con danzas elegantes -casi galantes- que pivotan sobre fa mayor - la más pastoral de las tonalidades -, transportándonos a la ensoñación musical del flemático Támesis, con tintes cosmopolitas de los germanos e italianos sonidos de la gloriosa época del músico de Halle, Brandeburgo-Prusia.
Preámbulo del cierre de este homenaje es el celebérrimo Preludio y Fuga nº 1 de J. S. Bach, la primera de las 24 variaciones tonales escritas como Das wohltemperierte Klavier, para instrumentos de afinación y temperamento igual - equilibrado reparto del distanciamiento de las alturas de las notas -. Mucho más que un ejercicio didáctico - que empieza en do mayor hasta completar toda la gama cromática, en dos libros - es una demostración de la capacidad compositiva y a la vez una proeza del complejo ordenamiento del pensamiento musical y su poderosa capacidad creadora, como excelsa herramienta artística y sistemática del maestro de Eisenach.
El Concierto de Brandeburgo - BWV 1050 -, o como pueden constatar esta noche, casi un concierto para clave y orquesta, clausura el programa. Todo apunta a que en su viaje a Berlín - capital del reino de Prusia junto a Potsdam -, en 1719, para adquirir un clave grande de dos teclados, en los talleres de Michael Mietke para Cöthen, Bach conoció al Marqués - tío de Federico Guillermo I, rey de Prusia -, y se piensa que aprovecharía la ocasión para iniciar la composición de los seis conciertos con la intención de ganar favores en la corte. No obstante, otra suerte le esperaría al compendio musical, pues la precaria organización musical de Berlín en ese momento, sin apenas apoyo artístico del rey prusiano, hizo que durmieran en los archivos de Brandeburgo hasta ser redescubiertos en 1849, noventa y nueve años después del fallecimiento de Bach.
El enfoque bachiano de los Conciertos de Brandeburgo, con audaces combinaciones tímbricas y habilidosa capacidad de síntesis, no deja de ser una avezada revisión de los Concerti Grossi all’italiana, donde los solos están encomendados a un grupo instrumental y pocas veces a un solista acompañado, como en los corellianos o vivaldianos conciertos de entonces. Bach suma ritornellos con episodios solísticos - de diversas combinaciones, texturas y timbres - y tutti haciéndolos muy diferentes a los escuchados hasta entonces, y aquí radica la diferenciación de estos sonidos brandeburgueses, impulsándolos a través del tiempo, como una de las mejores páginas de la Historia de la Música y la técnica compositiva. Danzas francesas, estilos italianos y armonización alemana, a la altura de las pretensiones imperialistas prusianas del Marqués, pero sobre todo en favor de la creatividad y la combinatoria de J. S. Bach.
Conrado Álvarez
Director artístico de la Orquesta Barroca de Tenerife
Alfonso Sebastián, clave, órgano y director
Adrian Linares, violín barroco y concertino
Pablo Sosa, flauta travesera
Laura Díaz, violín barroco
Giovanni Déniz, violín barroco
Iván Saez, viola barroca
Candela Gómez, violonchelo barroco
Tomás López-Perea, violón
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