Croma

Auditorio de Tenerife ofrece, dentro de su Ciclo de Cámara, un concierto de la pianista Ainoa Padrón titulado Croma.

Croma

Croma, Chroma, del griego, color.

El programa de este concierto es de un cromatismo excepcional. Obras para piano en una combinación inesperada, Óscar Esplá, Olivier Messiaen y Manuel Bonnín, compositores que aparentemente no están necesariamente relacionados pero que comparten un código sonoro exuberante, lleno de entresijos armónicos y melodías inverosímiles.

La Sonata española del levantino Óscar Esplá abre el concierto con un guiño al romanticismo. La obra de 1949, dedicada a la memoria de Chopin, combina un cromatismo a veces sutil y a menudo divertido, casi descarado, con un intimismo diferente, donde las referencias a la mazurca tienen una luz de influencia claramente francesa.

Esta luminosidad nos lleva al cromatismo de las obras de Olivier Messiaen, una selección de las “veinte miradas sobre el Niño Jesús”, de 1944. Todos los colores propuestos antes por Esplá están recogidos aquí de manera vertical, Messiaen juega con ellos y los dilata en el tiempo, ensanchando el aire con cada acorde.

Por último, una obra que unifica la introversión de Esplá y la amplitud de Messiaen es la sonata para piano en mi menor del compositor tinerfeño Manuel Bonnín.

Se trata de una obra de 1930 de un lenguaje tremendamente polifónico, complejo en el entretejido de cada línea, pero siempre honesto en su desarrollo, donde no hay notas superfluas y cada una de ellas forma parte de una visión orquestral y centelleante del piano.

Tres compositores entrelazados por el tratamiento valiente del sonido, con ansia de color e intensidad.