Una notte d'amore
Auditorio de Tenerife ofrece, dentro de su Ciclo de Cámara, el concierto Una notte d'amore del Aede Ensemble.
El amor es uno de los grandes temas universales, fuente de inspiración para creadores y artistas de todas las épocas y culturas. Queremos celebrar el Amor con un programa que recoge diferentes miniaturas musicales entre las que se intercalan algunas de las joyas de la poesía amatoria en lengua castellana, para culminar con la Cantata d’amore* de David Krivitsky, que será interpretada por primera vez tras su estreno en Moscú en 1984. Música y poesía para abrir una ventana al amor en sus múltiples facetas y formas.
El poeta renacentista holandés Johannes Secundus (1511-1536) escribió su colección de poemas en latín Basia (Besos), que inspiraron a su vez a diferentes poetas posteriores de diferentes orígenes, como Sannazaro, Ben Jonson, Meléndez Valdés o Jean Bonnefons. La primera traducción al castellano fue realizada por el escritor y humanista prerromántico Graciliano Afonso (1775-1861), natural de La Orotava. El Beso XVIII de Juan Segundo sirvió de base para la composición de la Cantata d’Amore del compositor de origen ruso David Krivitsky (1937-2010), la obra central de este concierto. Se trata de una cantata para mezzosoprano, narradora, viola d’amore y grupo de cámara en siete movimientos.
*Estreno en España
Jean Paul Égide Martini (1741-1816)
Plaisir d’Amour (arr. para viola d’amore y piano)
Francis Poulenc (1899-1963)
Les chemins de l’amour (mezzosoprano y piano)
Edward Elgar (1857-1934)
Salut d’Amour op.12 (arr. para oboe, violonchelo y piano)
Camile Saint-Saëns (1835-1921)
Romanza op.37 (arr. para flauta y piano)
Fritz Kreisler (1875-1962)
Liebesleid (arr. para contrabajo, violín y violonchelo)
Schön Rosmarin (arr. para contrabajo, violín y violonchelo)
Liebefreud (arr. para contrabajo, violín y violonchelo)
Franz Liszt (1811-1886)
Liebestraum nº3 en La bemol mayor (piano)
David Krivitsky (1937-2010)
Cantata d’amore (1984)
CANTATA D’AMORE
Texto mezzosoprano
Juan Segundo, Beso XVIII
Cum labra nostræ cerneret puellæ,
Inclusa circo candidæ figuræ,
Vt si quis ornet, arte curiosa,
Corallinis eburna signa baccis,
Fleuisse fertur Cypris, et gemendo
Lasciuientes conuocasse Amores,
Et, quid iuuat, dixisse, purpuratis
Vicisse in Ida Palladem labellis,
Et pronubam magni Iouis sororem,
Sub arbitro pastore, cum Neæra
Hæc antecellat, arbitro poeta?
At uos furentes ite in hunc poetam,
Et dira plenis tela de pharetris
In illius medullulas tenellas,
Pectusque per, iecurque per iocosum,
Distringite acres perstrepente cornu.
At illa nullo pertepescat igne,
Sed tacta pectus plumbea sagitta,
Torpescat imas congelata uenas.
Euenit: imis uror in medullis,
Et torrido iecur liquescit igne:
Tu fulta pectus asperis pruinis
Et caute, quales aut maris Sicani,
Aut Adriæ unda tundit æstuosa,
Secura ludis impotentem amantem.
Ingrata! Proper ista labra rubra
Laudata plector. Heu! misella, nescis
Cur oderis; nec ira quid deorum
Effrena possit, et furor Diones!
Duros remitte, mollicella, fastus;
Istoque dignos ore sume, mores:
Et quæ meorum causa sunt dolorum,
Mellita labris necte labra nostris,
Haurire possis ut mei pussilum
Præcordiis ex intimis ueneni,
Et mutuis lanquere uicta flammis.
At nec deos, nec tu time Dionen:
Formosa diuis imperat puella.
CANTATA D’AMORE
Texto narradora
Adaptación libre al castellano de Ana Hernández-Sanchiz
Al contemplar los labios de mi amiga
envueltos por el óvalo de su banco rostro,
como perlas de coral que un primoroso artesano
engarzara con dulzura en su tez de marfil,
cuentan que Cipris se echó a llorar
y, entre gemidos, hizo llamar a los lujuriosos amores
y así les dijo:
“¿De qué sirve que mis labios púrpura
hayan vencido allá, en el Monte Ida,
a la diosa Palas y a la hermana de Júpiter,
la que bendice las bodas,
si la belleza de Neera me aventaja, a juicio de un poeta?
¡Id furiosos , contra el poeta usad las armas!
Apuntad vuestras flechas hacia sus entrañas tiernas
y atravesadle con saña el pecho y el corazón,
haciendo resonar arcos y cuernos.
En cuanto a ella, que ningún fuego la alumbre
y así, con su blanco pecho herido por una flecha de plomo,
su sangre se paralice, helada en sus frías venas.”
Y así fue… yo ardo, me consumo
Mi corazón se funde bajo un fuego tórrido.
Mientras tú, protegido tu pecho con témpanos de hielo
y escollos como los que baten las olas del mar de Sicilia o del Adriático,
te burlas, despreocupada, de un amante que nada puede.
Nada… ¡Ingrata!
Sufriendo estoy mi castigo por haber admirado tus labios rojos.
¡Ay, desgraciada! No sabes siquiera por qué me odias, ni conoces el poder de la ira sin freno de los dioses y el furor de Dione.
Abandona tu altiva dureza y tu desdén tú, tan tierna,
y adopta una actitud que cuadre con tu semblante;
Y ya que ellos han sido la causa de mis males,
posa sobre mis labios tus labios de miel
y así pueda compartirte, y así llegues a sufrir
un poco del veneno de mis más íntimos sentimientos
y consumirte sin lucha, vencida, en nuestras mutuas llamas.
Y no temas a los dioses, ni a Dione:
Prepárate, muchacha, para dominar a las deidades.
Una joven hermosa domina a los dioses.
LES CHEMINS DE L'AMOUR
Texto mezzosoprano
Les chemins qui vont à la mer
ont gardé de notre passage
des fleurs effecuillées et l´échosous les arbres
de nos deux rires clairs
Hélas des jours de bonheur,
radieuses joies envolées,
je vais sans retrouver traces dans mon coeur.
Chemins de mon amor
je vous cherche toujours.
Chemins perdus, vous n´êtes plus
et vos échos sont sourds.
Chemins du désespoir,
chemins du souvenir,
chemins du premier jour,
divins chemins d´amour.
Si je dois l´oublier un jour,
la vie effaçant toute chose,
je veux dans mon couer qu´un souvenirs repose
plus fort que l´autre amor.
Le souvenir du chemin
Où, tremblante et toute éperdue,
un jour j´ai senti sur moi brúler tes mains
LES CHEMINS DE L'AMOUR
Texto traducido
Los caminos que van al mar
han guardado, de nuestro paso
flores deshojadas y el eco, bajo sus árboles.
de nuestra risa clara.
Lejanos días felices,
radiante alegría desvanecida.
Marcho sin encontrar su rastro en mi corazón.
Caminos de mi amor,
os busco todavía.
Caminos perdidos, ya no existís
y vuestros ecos han enmudecido.
Caminos de la desesperanza,
caminos del recuerdo,
caminos del primer día,
Divinos caminos de amor.
Si un día he de olvidarle,
pues al fin la vida todo lo borra,
quiero que mi corazón un recuerdo permanezca
más fuerte que el otro amor.
El recuerdo del camino
donde, un día
trémula y del todo abandonada,
sentí sobre mí arder tus manos.
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