El proyecto social de Tenerife Danza, Danza en Comunidad, reunió hoy [viernes 16] en el Auditorio de Tenerife a una treintena de representantes de los 21 colectivos con los que trabaja, programadores y colaboradores para analizar el trabajo del último año y diseñar los nuevos objetivos de cara al próximo, que abordará en febrero de 2019 su séptima edición con dos nuevos programas. El director insular de Cultura y Educación del Cabildo de Tenerife, José Luis Rivero, dio la bienvenida a los agentes relacionados con Danza en Comunidad, quien adelantó que “en esta sesión de trabajo encontraremos nuevos caminos para seguir trabajando en colectividad”.

José Luis Rivero también dejó claro que “cuando se comenzó a perfilar este proyecto había una pulsión de abrir esta vía y lo que teníamos claro es que se trataría de un proceso colectivo de ensayo y error y que no sería fácil entrar en los colectivos sin formar parte de ellos”. Sobre la jornada de encuentro, el director insular explicó que “la madurez de este proyecto no puede continuar sin ponerse en contraste con la experiencia y necesidades de todos los que forman parte de él de alguna manera”.

La coordinadora de Danza en Comunidad, Laura Marrero, explicó la forma de trabajo de la cita, en la que “trasladamos la cafetería a la reunión”, y aseguró que “en lo social, si no se hacen relaciones, no funciona nada”. La también bailarina agradeció la presencia de Helena Berthelius, coordinadora de la Unidad Pedagógica de Tenerife Danza por haber estado en los inicios del proyecto.

Uno de los nuevos programas que comenzará el año que viene se llama Transmisión, y consiste en trasladar una pieza trabajaba por un colectivo con sus valores y procesos a otro en el que el equipo considera que encajará por sensibilidad. La otra de las novedades consistirá en alargar las visitas de Danza en Comunidad en determinados colectivos que por sus necesidades y características, como los grupos con diversidad funcional, no se conseguirían resultados en las ocho sesiones que se suelen realizar al año. Así, se transformaría en un proceso más regular para poder instalar la danza en sus rutinas, como por ejemplo está ocurriendo con el Centro de Educación Especial Hermano Pedro.

Esta sexta edición de Danza en Comunidad que acaba de finalizar, en la que se trabajaron como punto de partida de la creación colectiva los conceptos de identidad y convivencia, ha incluido este tipo de encuentros para abrir y cerrar el año. En la toma de contacto de febrero ya se crearon sinergias importantes, en las que Danza en Comunidad también tomó el rol de mediador. Así, una de las personas de la convocatoria abierta logró que la marca social Dona Kolors fuera incluida en la Feria Internacional de la Moda de Tenerife. “No solo sacamos beneficios nosotros, sino también los agentes implicados y se crean colaboraciones”, afirma Marrero, quien lidera un equipo de profesionales formado por Cristina Hernández, Raquel Jara y Carmen Cruz.

La metodología de trabajo de Danza en Comunidad comienza con unos encuentros teóricos, como son estas reuniones, que desembocan en prácticos, siendo el movimiento la clave del trabajo, y que culminan con una función de los integrantes del colectivo. Para cada grupo se construye una línea de actuación diferente. La idea es “que compartan con nosotros la experiencia completa de un profesional de la danza”, explica Laura Marrero.

Este proyecto, que se desarrolla durante  todo el año, permite que las personas que se inicien en la danza a través de estos colectivos, puedan continuar en siguientes temporadas participando de manera individual en unos encuentros semanales que tienen lugar en las instalaciones del Auditorio de Tenerife. Además, la convocatoria abierta propicia que cualquier persona interesada en compartir estos procesos pueda participar en las sesiones sin necesidad de tener experiencia o de pertenecer a un colectivo.