Enrique Arriaga explica que esta producción “nos trasladará a un tablero de ajedrez con castillos y dragones”

 

El Auditorio de Tenerife presenta la ópera Rinaldo, una historia de fantasía adaptada para toda la familia. Los detalles de la producción fueron dados a conocer por el consejero de Cultura, Enrique Arriaga; la directora de escena Stefania Panighini y el director musical Giovanni Paganelli. Además de las funciones del sábado y el domingo, que ya tienen las entradas agotadas, mañana habrá una sesión a la que asistirán 210 escolares procedentes de centros educativos de Santa Cruz, La Laguna y Arafo.

Arriaga aseguró que “la ópera como género no deja indiferente a nadie y nosotros en cada representación sumamos espectadores”. “Esta producción de Auditorio de Tenerife nos trasladará a un tablero de ajedrez a tamaño real en el que habrá castillos y dragones”, adelantó el consejero, quien considera que la cultura que propone el Cabildo es “sinónimo de seguridad”. Por último, el consejero deseó “que todos los que vengan a las funciones disfruten de esta propuesta familiar”.

Para Stefania Panighini, “es muy importante estar aquí en esta producción con la situación sanitaria que vivimos porque España ha sido uno de los pocos países europeos y a nivel internacional que ha continuado trabajando”. La directora aseguró que, “por ejemplo, en Italia los teatros cerraron en noviembre y aún no han abierto y eso es mucho tiempo sin trabajo y sin cultura”. “Los niños fueron unos de los grandes olvidados en esta pandemia, les quitamos un año de vida y en este producción nos enfocamos en ellos, yendo a su emoción”, explicó la directora, que vuelve tras Hänsel und Gretel (2019) y Rinaldo (2016).

Giovanni Paganelli coincidió con la afirmación de Enrique Arriaga y añadió que “la ópera no te deja indiferente porque habla de nuestra vida, de la de todos”. “En esta ópera barroca hay una variedad increíble de emociones: humor, estupor, la nostalgia, la voluntad de trasgresión y el grito de libertad más bello que puede haber en el mundo de la ópera: cuando Almirena canta Lascia ch’io pianga estando prisionera, demostrando que podrán controlar su cuerpo pero nunca su deseo de libertad”, analizó el maestro. “He visto niños de un año emocionados con este momento, conmovidos por la energía de una música compuesta hace más de 300 años”, sentenció Paganelli.

Rinaldo es una producción de Ópera de Tenerife, estrenada en 2016, que estaba previsto programar en abril de 2020 pero que tuvo que ser aplazada debido a la crisis sanitaria de la COVID-19. Leo Martínez firma el vestuario, enmarcado en la estética steampunk y Hugo Carugatti realiza la iluminación onírica.

Las voces que encarnarán a estos personajes de fantasía serán: la mezzosoprano Aurora Faggioli (Rinaldo, el caballero), las sopranos Beatriz de Sousa (Almirena, hija de Goffredo) y Gloria Giurgola (Armida, hechicera), la mezzosoprano Silvia Zorita (Goffredo, capitán cristiano), el barítono Pablo Gálvez (Argante, rey de Jerusalén) y el tenor Jorge Franco (Eustazio, hermano de Goffredo).

La historia se enmarca en un tablero de ajedrez, cuando la maléfica hechicera Armida rapta a Almirena, hija del rey Goffredo, para distraer a su prometido, Rinaldo, un famoso caballero. Batallas ardientes, hechizos y hermosas melodías como la famosa Lascia ch’io pianga hacen de este título una experiencia única para todos los públicos.

Esta ópera barroca en tres actos es una de las más conocidas de Handel, que cuenta con libreto en italiano de Giacomo Rossi, inspirado en el poema La Gerusalemme liberata de Torquato Tasso, y estrenada el 24 de febrero de 1711 en el Queen’s Theatre de Haymarket, Londres.

El programa familiar de Ópera de Tenerife consiste en ofrecer un título lírico adaptado al público más joven para que pueda disfrutarse en familia. La iniciativa refuerza de esta manera el compromiso de Ópera de Tenerife con la creación de nuevas audiencias y la sensibilización hacia las artes escénicas.

Cada año se escoge una representación, que se adapta a un formato con una duración aproximada de 70 minutos. La reducción del tiempo no implica una limitación de la expresión ni del mensaje original del autor, que se refuerza con la entrega de material divulgativo en el momento de entrar la sala.