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Nesterowicz se pone al frente de la Sinfónica de Tenerife para dirigir la 'Novena Sinfonía' de Shostakovich
El concierto de mañana cuenta con la participación como solista invitado del clarinetista Andreas Ottensamer
La Orquesta Sinfónica de Tenerife afronta mañana viernes una nueva cita en la temporada de abono con un programa en el que destaca la interpretación de la Sinfonía nº 9 en Mi bemol mayor, op 70, de Shostakovich. El concierto incluye también la presencia como invitado del austriaco Andreas Ottensamer, que será el solista en el Concierto para clarinete nº 7 en Si bemol mayor, de Stamitz. El programa, que será conducido por el director titular y artístico de la OST, Michal Nesterowicz, se completa con la suite Liuetenent Kijé, de Prokofiev. El concierto comenzará a las 20,30 horas en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife “Adán Martín”.
La propuesta de Nesterowicz transportará a los asistentes a la composición rusa y a la Escuela de Manheim, de esta última llega Carl Philipo Stamitz, cuyo Concierto para clarinete nº 7 será interpretado por primera vez por la Sinfónica de Tenerife, que cuenta con el estreno en su temporada de abono con Ottensamer, quien sin embargo estuvo en 2009 con la Filarmónica de Viena en el Festival de Música de Canarias. “Interpretamos la Séptima Sinfonía de Mahler y recuerdo lo abrumador que fue todo”, recuerda el músico quien reconoce sus ganas de volver a la isla “esta vez como solista de la Sinfónica de Tenerife” y además para ejecutar “una de las piezas más apasionantes” de Stamitz.
Aunque empezó estudiando piano con solo cuatro años y luego se pasó al violonchelo, cumplidos los diez, no son estos los instrumentos con los que más ha destacado Andreas Ottensamer (Viena, 1989). Afincado en Alemania, se trata del primer clarinetista en firmar un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon / Mercury Classics, con varios primeros premios de importantes certámenes, y ahora es principal instrumentista de la Filarmónica de Berlín.
Formado en los centros de estudios superiores de Viena, este descendiente de una familia de músicos austrohúngara también es alumno de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, formación que interrumpió hace seis años para ser becado en la Orquesta Academia de la Filarmónica de Berlín, asegurándose un lugar en el olimpo de la música clásica, donde ahora es clarinete solista. Así, con un origen enraizado en la tradición musical vienesa, en este concierto con la Orquesta Sinfónica de Tenerife profundizará en el universo compositivo de uno de los compositores más prolíficos de la Escuela de Mannheim, Carl Stamitz (1745- 1801) con un concierto clásico tanto en lo que respecta a la idea como a la estructura.
Esta composición exhibe una palpable consonancia entre el solista y la orquesta, de un gran refinamiento en la ejecución. “Al dar un paso hacia atrás desde toda la música abrumadoramente compleja con la que uno se enfrenta como músico de orquesta, músico de cámara y solista, y sumergirse en el mundo de Stamitz, resulta que la reconfortante escritura melódica es tanto una bendición como un gran reto”, advierte el clarinetista.
Que Andreas Ottensamer se haya convertido con menos de 30 años en clarinete solista de la Filarmónica de Berlín no es algo anecdótico, especialmente si le preceden su padre, Ernst Ottensamer, y su hermano mayor, Daniel Ottensamer, clarinetistas principales de la Ópera Estatal de Viena y la Filarmónica de Viena, respectivamente, y junto a los que forma el trío The Clarinotts. “Una interpretación musical nunca puede ser técnica. Es fundamental tener conocimiento de la estructura musical y usarlo, pero cuando se trata de dar vida a la obra tiene que ser desde la emoción y la devoción", apunta el solista invitado esta semana a la temporada de la Sinfónica de Tenerife.
El cuarto programa de abono nos permitirá escuchar otras dos composiciones de grandes compositores rusos del siglo XX: Prokofiev y Shostakovich. Cuando Shostakovich estrenó su Sinfonía nº 9 en 1945 no solo asombró al público asistente en San Petersburgo sino que provocó la ira de Stalin, dado que había expectativas de encontrar una partitura grandiosa, que celebrase la victoria al final de la Segunda Guerra Mundial y al final el resultado fue la más ligera de sus 15 sinfonías.
El arranque del concierto de mañana será con la suite Liuetenent Kijé, de Prokofiev, una obra que sonará por primera vez en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife “AdánMartín”, dado que la última oportunidad que fue interpretada por la Sinfónica de Tenerife fue hace más de un cuarto de siglo.