La Orquesta Sinfónica de Tenerife, ente dependiente de Cabildo, graba con Chago Melián un proyecto muy personal del artista lagunero que es fruto del mestizaje entre la cultura canaria, donde tiene sus raíces, y la hawaiana, de donde procede su mujer. La grabación ha tenido lugar en la sede de la Orquesta Sinfónica de Tenerife entre el lunes 4 y el miércoles 6 de septiembre, con la presencia de Carlos Alonso, el Presidente del Cabildo, y José Luis Rivero, Director Insular de Cultura. En esta ocasión, la OST cuenta con 12 músicos más de los habituales “para dar sensación de grandiosidad”, afirma el director musical, Chris Cameron. El proyecto, que pretende ser un hermanamiento artístico entre Canarias y Hawaii, se ha ido gestando en los últimos cuatro años. “Estos dos bellos archipiélagos que se asemejan muchísimo”, afirma el artista. Melián busca la tribalidad de los sonidos, tanto canarios como hawaianos, además de contar con temas inspirados en la labor del Padre Damián en la isla de Kalaupapa. Junto a con efectos de “canariedad pura”, se podrán escuchar el Ipu Heke, instrumento sagrado para los hawaianos, a parte de las calabazas, los tambores, así como el sirinoque palmero, pitos herreños y chacras y tambores gomeros. El resultado es una música que se aproxima más al cine que a la clásica, ahondando en el mito. El equipo, encabezado por Chago Melián y Chris Cameron como director musical, cuenta también con Francis Hernández, arreglista y ayudante de la dirección musical, Julio Tejera y Fernando Ortí, encargados de arreglos temas canarios y hawaianos y productores musicales, Juanjo Ortí en la producción ejecutiva y Pepo Sherman como ingeniero de sonido. En la grabación del disco han participado artistas como Celso Albelo, Badel Albelo, Jorge de León, Braulio García, Kuana Torres Kahele o Tony Conjugación. Está previsto que el proyecto se presente el próximo año junto a una obra pictórica del mismo Chago Melián. Chago Melián nació en Punta de Hidalgo, La Laguna, y se siente muy arrelado a su tierra, por lo que en muchas ocasiones se ha manifestado como “español, canario, tinerfeño y puntero”. Desde temprana edad tiene dos claras vocaciones: el canto y la pintura. Cuando era niño le cautivó ver cómo se pintaba el mural del altar mayor de la iglesia de su pueblo y, por otro lado, se vio inclinado tanto a la música eclesiástica como manifestó pasión por la folclórica. Junto a su hermano fundó el grupo “Los fantasmas”, que se convertiría en “Aguacada”. Ha grabado varios discos con artistas reconocidos y es muy valorado por los canarios por su versión del Ave Maria de Schubert. El interés por la cultura hawaiana vino incentivado por su esposa, natural este archipiélago.