Bach- Transcripciones y fragmentos

Dentro de su ciclo de conciertos de órgano, Auditorio de Tenerife ofrece una matiné a cargo del organista Arno Hartmann.

Bach-Transcripciones y fragmentos

El órgano ha fascinado a las personas desde hace más de 2000 años. En 2017, la UNESCO reconoció la música organística y la construcción de los órganos como Patrimonio Cultural Inmaterial, y en 2021 el órgano fue nombrado Instrumento del Año.

El concierto titulado Bach-Transcripciones y fragmentos incluye exclusivamente obras de Johann Sebastian Bach. Además de las composiciones originales, se podrán escuchar transcripciones de órgano de varios compositores destacados, y las tareas de completar las obras organísticas fragmentarias de Bach.

La transcripción —en particular la de órgano—, ha sido siempre una práctica musical muy extendida en correspondencia con el afán de transcribir aquellas piezas originalmente compuestas para otros instrumentos y adaptarlas al órgano. El siglo XVIII fue un período muy fructífero para las transcripciones que alcanzó su plenitud en torno a Bach. Tienen un gran valor artístico las transcripciones hechas por el propio Bach, quien incluso adaptó sus propias obras para órgano. En este programa se podrá escuchar una de sus composiciones más famosas, la titulada Wachet auf, ruft uns die Stimme (Despertad, nos llama la voz) (BWV 645), que proviene de corales de Schübler, una colección de seis transcripciones de sus propios grupos de cantata. Le precede una transcripción de un grupo de cantatas de Franz Liszt como inauguración solemne del programa. Johann Friedrich Agricola, alumno y contemporáneo de Bach, llama la atención con su notable transcripción del Ricercare a 6 voces, pieza de Das musikalische Opfer (Ofrenda Musical).

Las obras originales de Bach Präludium und Fuge in C (Preludio y fuga en do mayor) (BWV 547) y la adventista edición coral Nun komm, der Heiden Heiland (Ven ahora, Salvador de los gentiles) (BWV 659), son algunas de las obras organísticas más populares de Bach que datan de la época de Leipzig. La Pastorella de Bach está fuertemente influenciada por el estilo italiano y utiliza los atributos musicales de los pastores, es decir, la gaita y la chirimía. La primera parte de la Pastorella crea de inmediato un ambiente navideño, formando así parte de una larga tradición de «música pastoral» en lo que al estilo se refiere, es decir, una obra de cuatro movimientos con aires italianos, franceses y marcadamente navideños.

Paz, bondad y clemencia emanan de uno de los mayores éxitos de Johann Sebastian Bach: Schafe können sicher weiden (Las ovejas pueden pastar tranquilas). En realidad, este éxito tan famoso constituye sólo una parte de la cantata profana y nada apacible Was mir behagt, ist nur die muntre Jagd! (Lo que me gusta es la caza alegre). El organista y compositor francés André Isoir fue quien nos dejó una delicada versión para órgano de esta obra.

El Pedal-Exercitium y la Fantasía y fuga en do menor para 5 voces se conservan incompletas. Ton Koopman y Lorenzo Ghielmi, dos de los más famosos organistas y especialistas en Bach de nuestro tiempo, se han hecho cargo de estas piezas y las han completado con fidelidad a Bach.

La romántica versión de la Hirtenmusik (música pastoral) transcrita por Sigfrid Karg-Elert de la segunda cantata del Weihnachtsoratorium (Oratorio de Navidad) de Bach, nos traslada nuevamente a un ambiente pre-navideño, pieza con la que también se destacan las particularidades sonoras del fantástico órgano de Blancafort.

Franz Liszt recibió una importante inspiración para su estudio de las obras para órgano de Bach durante su estancia en Weimar (1843 - 1861). A partir de 1830, Johann Gottlob Töpfer (1791-1780), organista municipal y experto en órgano de Weimar, fue una importante fuente de inspiración para Liszt.

Töpfer, que también es el dedicatario de la pieza que abre este programa -la Einleitung und Fuge aus der Kantate «Ich hatte viel Bekümmernis» BWV 21.11- trabajó en varios registros de obras para órgano de Bach por sugerencia de Liszt, que correspondían al ideal sonoro del siglo XIX, entre ellos la Passacaglia en do menor BWV 582. Contrariamente a la práctica habitual en la época de tocar la pieza en un registro basado en el Organo Pleno (obra completa), Töpfer «orquestó» la Passacaglia, que ahora conduce desde los registros pp más suaves y sobre todo fundamentales al Organo Pleno de la fuga.

Arno Hartmann